Un lienzo cubista de Pablo Picasso, "Buste de femme" (1943), es desde hoy la obra de más valor y la primera del pintor español que se expone en Territorio Palestino Ocupado.
La modesta Academia Internacional de Arte de Palestina, ubicada en la ciudad cisjordana de Ramala, albergará el cuadro durante un mes, custodiado por dos policías, uno a cada lado.
Allí se congregaron esta tarde unas doscientas personas para participar en el acto de inauguración, que contó con la presencia del primer ministro palestino, Salam Fayad, que no estaba previamente anunciada.
Decenas de jóvenes artistas, expatriados y familias interesadas en el arte hacían cola en la escalera de acceso al edificio donde se expone el óleo, valorado en siete millones de dólares (casi cinco millones de euros).
Los policías sólo permitían el paso de dos en dos para presenciar por espacio de medio minuto esta deconstrucción de una figura femenina en la que priman los tonos grises y verdes.
"Buste de femme" (Busto de mujer, en francés) ha sido cedido durante un mes por el museo Van Abbe de Eindhoven (Holanda) en el marco del proyecto "Picasso en Palestina", que irá acompañado de una serie de debates en torno a la obra y vida del genio malagueño.
La elección fue obra de los estudiantes de la Academia, consultados sobre qué pieza del centro holandés preferían ver en suelo palestino.
"Y votaron Picasso", explica a Efe el motor de la iniciativa, Jaled Hurani.
Con unas dimensiones de un metro de alto por ochenta centímetros de ancho, "Buste de femme" es la joya más preciada del museo holandés, que lo había cedido previamente a Sao Paulo (Brasil), y ahora, también un símbolo.
"Palestina está en el mapa (...) Esto significa e ilustra nuestra preparación para tener un Estado propio", señaló Fayad en el acto de presentación.
O, como dijo el director del museo Van Abbe, Charles Esche: "Una de las formas de afectar a la ocupación es comportarse como si de hecho hubieras superado la ocupación. Quizás este proyecto es uno de los primeros pasos hacia esa meta de establecer un museo de arte contemporáneo en Palestina".
El intercambio de piezas de arte es práctica común entre museos de todo el mundo, pero Cisjordania no es un lugar cualquiera, sino un territorio bajo ocupación israelí jalonado por unas quinientas barreras al movimiento en el que cualquier desplazamiento se convierte en una suerte de envite al azar.
"Todo el proyecto es sobre los obstáculos para traer Picasso a Ramala", resume Hurani, director artístico de la Academia.
El retrato picassiano fue fletado de Amsterdam a Tel Aviv (no hay en territorio palestino aeropuertos ni accesos que no estén controlados por Israel) para viajar desde allí hasta Ramala, bajo la protección de una compañía de seguridad privada israelí.
"Tenemos que crear un Estado antes de traer una obra así. Un aeropuerto, transporte, tasas... no tenemos esto, desgraciadamente. La compañía de seguros tuvo que leerse los Acuerdos de Oslo para ver si es peligroso traer aquí un Picasso y eso toma meses. Luego recurrimos a otro seguro porque era arriesgado", lamenta Hurani.
La Academia necesitó dos años para gestionar la solicitud de la obra, en parte por las revueltas en el mundo árabe, que retrasaron la operación.
"Picasso en Palestina" estará apuntalado con una serie de diálogos académicos en torno a la figura y obra de Picasso que tendrán lugar mañana y pasado mañana en centros palestinos de Jerusalén, Ramala, Birzeit y Gaza.
Una combinación de arte y compromiso, como recordaron los presentes, muy presente en la vida de uno de los grandes maestros del trazo.
"Creo que si Picasso estuviera vivo, estaría aquí mismo", sentenció Esche.
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